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viernes, 13 de septiembre de 2024

Tiramisú

Hoy traigo una tarta archiconocida: tiramisú.

Hay miles de versiones de esta receta: con huevo, sin huevo, con nata además de queso, sin nata, con licor o sin licor, etc. También hay muchas variantes que también se llaman “tiramisú” porque llevan capas de bizcocho tipo soletillas empapadas en algún almíbar o líquido y separadas por una capa cremosa de algún sabor. Tienen una imagen similar y han adoptado también este nombre.
Yo nunca había sentido gran atracción por esta preparación, pero he tenido ocasión de probarlo en algunas ocasiones. De esas experiencias puedo decir que, para mí:

☛ El licor no es un plus, sólo un toque distinto por lo que en mi caso decido obviarlo

☛ La calidad del café sí marca la diferencia, así como la forma de elaboración. Mi opción preferida es el café frío infusionado (en casa tenemos un infusionador para hacer Cold Brew). No aporta nada del amargor típico del café, pero sí todo su aroma y sabor. El café expreso enfriado también queda genial, pero para mi gusto (si te vas de la mano mojando los bizcochos puedes desequilibrar los sabores finales)

☛ Los bizcochos caseros de soletilla serían la mejor opción (ver receta). Pero para aligerar la preparación se pueden comprar hechos. Los que vienen con la etiqueta de “soletillas” son muy planos y blanditos, por lo que hay que tener mucho cuidado al mojarlos en el café. A mí me gustan más los que suelen llamarse “bizcochitos de huevo” que tienen el mismo formato pero un poco más gorditos y más crujientes (casi a medio camino de bizcocho y galleta). En el tiempo de reposo en nevera se quedan suaves, jugosos y blandos, pero dan una mejor estructura a la tarta.

En cuanto a las cantidades, las que indico son para 4-6 porciones, dependiendo de lo golosos que sean los comensales. En casa, para dos personas, tuvimos postre 3 días. Evidentemente estas cantidades se pueden duplicar o triplicar según necesidades.

Creo que el resultado es espectacular. Quizás no es mi combinación favorita de sabores (soy una enamorada de los bizcochos con fruta y para mí es difícil competir con eso) pero se come solita… no empalaga, es suave y aterciopelada al paladar, los sabores de café y cacao no se “matan” entre sí, y el queso le da una cremosidad fantástica. Espero que lo disfrutéis.

Tiramisú

Prep: 30 min + 4-10 h refrigerado   4-6 raciones   Dificultad: Fácil  

Ingredientes

Para Molde rectangular de 14x22 cm aproximadamente
  • 250 g queso mascarpone
  • 1 huevo M
  • 120-150 ml café frío
  • 40 g azúcar
  • 15-20 g cacao puro en polvo
  • 10 Bizcochos savoiardi o soletillas

Elaboración

Elaboraciones previas:
Separar la yema de las claras del huevo. Montar las claras a punto de nieve y reservar. Por otro lado batir la yema con el azúcar hasta que se aclare la mezcla y el azúcar esté completamente disuelto. Reservar.

En un recipiente más grande batir ligeramente el queso mascarpone para suavizar la textura y que sea más fácil mezclarlo con las dos mezclas anteriores. Incorporar (en un par de veces) la yema azucarada con ayuda de una espátula. El objetivo es integrar los ingredientes sin perder mucho aire, por lo que debemos hacer movimientos envolventes y suaves con la espátula. Después, incorporar poco a poco las claras. Obtendremos una crema suave y cremosa (como una mousse)

Montaje:
Mojar los bizcochos en el café frío (no empaparlos, con 1 segundo por cada lado es suficiente). Disponer 5 bizcochos en la base del molde. Extender la mitad de la crema de queso y huevo. Alisar y rellenar los posibles huecos de los bordes. Repetir con otra capa de bizcochos mojados en café y cubrir con la otra mitad de crema.

Espolvorear la superficie con cacao en polvo y con ayuda de un colador fino. Cubrir el molde con papel film de cocina. Reposar en la nevera al menos 4 horas (mejor de un día para otro). Antes de servir espolvorear de nuevo con cacao en polvo.
Receta adaptada de Directo al Paladar

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