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jueves, 29 de agosto de 2019

Pasta fresca

Pasta-fresca-01

Parece que últimamente estoy dedicada a las recetas básicas o que sirven de base a otras recetas más elaboradas. En esta ocasión le toca el turno a la pasta fresca.

Estoy segura de que todos tenemos en casa una bolsa o bote con macarrones, espaguetis o algún tipo de pasta seca. De hecho, seguro que algunos también tienen una bandeja de pasta fresca rellena guardada en la nevera. Y la cuestión es que la pasta es un plato muy socorrido y que saca de un apuro en más de una ocasión. Además, es muy versátil y le viene bien casi todo; están riquísimas en ensaladas, con salsa de tomate casera (si es posible 😉), con un poco de mantequilla y queso, con verduras, con un sofrito de gambas, en forma de lasaña, y la lista no terminaría nunca…

Pero casi siempre recurrimos a la pasta comprada. No es que sea mala, ni mucho menos, pero quiero quitarle un poco del miedo que hay a elaborar pasta fresca en casa. No es difícil en absoluto, tampoco lleva tanto tiempo y, aunque es mucho más cómodo si se tiene una máquina para pasta, tampoco es imprescindible. La primera vez puede que os lleve una hora, o incluso hora y media prepararla, pero cuando le perdáis el miedo, en media hora puede estar lista… y lo mejor es que se cuece en 3-4 minutos, así que está lista para añadir la salsa en un periquete.

pasta-fresca-02

Pasta fresca

Prep: 40 min (+1 h de refrigeración)   Raciones: 4 personas   Dificultad: Media  

Ingredientes:

  • 200 g harina (preferible harina floja o de repostería)
  • 2 huevos L
* La proporción que debéis recordar siempre es que por cada 100 g de harina lleva 1 huevo.

Elaboración:

Volcar la harina en la encimera limpia y hacer un hueco en el centro (como si fuese un volcán). Verter los huevos en el hueco. Con ayuda de un tenedor, batir los huevos e ir integrando la harina de los bordes. Cuando la masa sea bastante espesa seguir incorporando la harina con las manos hasta obtener una masa no pegajosa y satinada.

Envolver en papel transparente de cocina y refrigerar durante al menos 1 hora.


pasta-fresca-elaboracion

Versión con máquina de pasta
Cortar la masa en porciones más pequeñas para que resulte más cómodo trabajar con ellas (en mi caso, dividí en 4 trozos).

Enharinar ligeramente la porción, aplastarla un poco con las manos y pasarla por la maquina para extenderla. Hay que comenzar utilizando la mayor apertura de la máquina, que en mi caso es “0”.

Volver a enharinar el trozo que hemos pasado por la máquina. Doblar por el lado más largo 2-3 veces. Volver a pasar por la maquina y extender. Repetir este paso al menos 4-6 veces. Dará cuerpo y estructura a la pasta.

Ahora, sin tener que repetir los dobleces de la masa, pasar la pasta nuevamente por la máquina, pero reduciendo el espesor hasta obtener una larga sábana del espesor deseado. En mi caso, con mi máquina llego hasta el espesor “4”. Si es necesario, enharinar ligeramente la masa antes de cada pasada por la máquina.

Si la máquina tiene la extensión para cortar, pasar la lámina con cuidado por las ruedas y recoger los extremos de los tallarines/espaguetis que van saliendo por el otro extremo. Ya están listos para cocer.

Versión con rodillo (no se dispone de máquina)
Se puede realizar el mismo proceso, pero utilizando un rodillo de cocina para extender y alisar la masa. Lleva algo más de tiempo y el resultado es algo menos fino, pues cuesta conseguir láminas finas y con espesor homogéneo.

❋ Si no se tiene la extensión para cortar en la máquina, enharinar ligeramente la lámina de pasta, doblarla por la mitad y cortar tiras estrechas (en la dirección más larga de la lámina) con ayuda de un cuchillo. En este caso es más difícil de obtener espaguetis, pero tendréis unos tallarines estupendos.

📋 Notas:

→ En el libro “La cuchara de Plata” se propone como receta básica para 4 personas: 200 g de harina, 2 huevos y 1 yema de huevo. El procedimiento es el mismo y la pasta queda con un color algo más dorado.
→ Si al realizar la masa inicial queda pegajosa, añadir algo más de harina. Si queda un poco seca o cuarteada, mojarse las manos para que la masa absorba agua poco a poco.
→ La masa de pasta fresca se puede realizar el día anterior. En vez de refrigerar una hora, bastaría con elaborar la masa el día previo y sacarla de la nevera en el momento de prepararla: extenderla, alisarla, cortarla y cocerla.
→ En algunos casos puede ser conveniente secar las láminas de pasta fresca antes de cortarla, ya que al cortarla a mano se suele plegar la masa sobre sí misma y puede quedarse pegada. Yo me curo en salud enharinando ligeramente la lámina antes de cortar la pasta. La harina extra se desprende rápidamente en cuando vertemos la pasta en el agua hirviendo.
→ Para hacer lasaña, seguiremos todos los pasos ya indicados, excepto por el punto "❋" en el que se corta la pasta. Se puede cortar la pasta en cuadrados que resulten cómodos para la cocción de la pasta.
→ Mi máquina de pasta tiene aperturas numeradas: 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6. Cuanto más pequeño es el número seleccionado, más gruesa quedará la pasta. Para mi gusto, los espesores 5 y 6 son excesivos para la pasta fresca, aunque los he utilizado en alguna ocasión para experimentar con la masa filo.

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