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domingo, 5 de julio de 2020

Donuts caseros 2.0


Los donuts caseros son un gran reto como receta. Muchas personas nunca estarán conformes con el resultado obtenido y siempre sentirán que no se parecen totalmente a los donuts comerciales.

La cuestión es, al menos para mí, si la receta obtenida, aunque no sepa igual que los comerciales, sabe igual de rica o incluso más. Ningún pan de molde hecho en casa va a saber exactamente igual que uno comprado, pero por mi experiencia… están infinitamente más ricos los caseros. Hemos acostumbrado a nuestros paladares para que ciertos sabores artificiales se conviertan en “la clave” para que un producto sea “el de verdad”. En el caso del pan de molde, ese sabor dulce, pero con un toque de vinagre. En el caso de los donuts, ocurre algo parecido.

Soy una persona a la que le gusta saborear las cosas y recrearse en cada bocado; me gusta sentir las distintas texturas y los sabores que, combinados, proporcionan resultados únicos.

Con esta receta obtendréis unos donuts que no tienen nada que envidiar a los comerciales, la textura suave, esponjosa. La costra dulce y quebradiza. Y el sabor es sencillamente espectacular. No os miento si os digo que la última vez que los preparé me comí 5 donuts de una sentada (y para quien no me conozca, eso es una barbaridad para mí). Quizás la única pega, si es que se puede llamar así, es que no aguantan tanto tiempo tiernos (recordad que no tienen conservantes ni aditivos) y lo ideal es tomarlos el mismo día que se preparan. Aunque siempre se pueden congelar…

Esta receta ya la teníais en el blog (en Donuts caseros). Cuando repito recetas, muchas veces me encuentro ante este dilema. ¿Nueva publicación o actualización de un post anterior? Me he decidido por volver a realizar la publicación. Creo que después de tanto tiempo quizás pueda aportar algún detalle, cambio o experiencia que pueda enriquecer la publicación.

Espero que disfrutéis de estos donuts tanto como yo.


Donuts caseros

Prep: 4-5 horas   20 unidades   Dificultad: Media  

Ingredientes:

  • 500 gr harina fuerza
  • 80 gr azúcar
  • 5 gr sal
  • 15 gr levadura fresca
  • Ralladura de naranja
  • ½ cucharadita de cardamomo molido
  • 1 huevo L
  • 250 gr leche tibia
  • 40 gr mantequilla
  • Aceite girasol (para freír)

Glaseado (para 12 unidades):

  • 100 g azúcar glas
  • 1 cta mantequilla derretida
  • Agua caliente (no hirviendo)

Elaboración:

Mezclar los ingredientes secos: harina, azúcar, sal, ralladura de naranja y levadura*.

Añadir la leche* y el huevo. Mezclar hasta obtener una masa manejable y no pegajosa*. Dejar reposar 15-20 minutos.

Añadir la mantequilla a temperatura ambiente. Amasar hasta incorporar totalmente a la masa. Hacer una bola con la masa y dejarla reposar en un bol engrasado con aceite. Cubrir con un paño húmedo y dejar fermentar durante unos 60-90 minutos (hasta que casi duplique su tamaño, dependerá de la temperatura de la cocina y momento del año).

Pasar la masa a la encimera y amasarla muy ligeramente. Extender la masa con el rodillo*. Cortar los donuts y disponerlos sobre papel de horno. Cubrir con un paño húmedo y dejar reposar nuevamente hasta que dupliquen su tamaño (60 minutos aproximadamente)

Freír los donuts en abundante aceite caliente hasta que estén ligeramente dorados por ambos lados. Escurrir y disponer sobre papel de cocina para retirar el exceso de aceite.

Una vez templados los donuts, preparar la glasa. En un bol pequeño colocar el azúcar glas y añadir la mantequilla derretida. Remover bien. Añadir poco a poco cucharaditas de agua hasta obtener la textura deseada. Si queréis bañar los donuts deberá ser un glaseado bastante líquido. Si sólo queréis extender una ligera capa con un pincel, puede quedar algo más espesa. Dejar enfriar completamente para que el glaseado endurezca.

📋 Notas:

Leche. La cantidad de leche es aproximada y dependerá de la capacidad de absorción de líquido de la harina que estéis utilizando. Mejor incorporarla poco a poco hasta alcanzar la textura deseada.

Levadura. Recordad que la levadura fresca no es lo mismo que levadura seca de panadero. Podéis cambiar un tipo por otro. La conversión suele ser 3:1, es decir, de levadura fresca se necesita el triple que de levadura seca.
Si tenéis la levadura fresca congelada, entonces conviene que la incorporéis disuelta en la leche tibia.

→ Cuando se amasan todos los ingredientes, lo ideal es hacerlo hasta que la masa supera la prueba de la membrana, es decir, que puede estirarse bastante sin romperse (de forma similar a cuando se hace un globo con un chicle). Si es el primer intento de esta receta, no es necesario complicarse tanto, pues el resultado también será muy bueno sin llegar a ese punto de amasado.

→ Si al extender la masa con el rodillo notáis resistencia o la masa parece que encoje, no os preocupéis, dejad reposar la masa unos minutos. Veréis que se ha relajado un poco y es más fácil de estirar.

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