Hace unos días estaba pensando en hacer unas berlinas rellenas. Sin embargo, cotilleando por los diferentes blogs y páginas de cocina que sigo vi unos “bollitos preñaos” y me di cuenta de que hace mucho tiempo que no publico una receta salada y que estos bollitos se dan un ligero aire a las berlinas que tantas ganas tenia de hacer (no os preocupes que las berlinas aparecerán también próximamente en el blog).
He preparado los bollitos preñados para merendar. Los he rellenado todos de chorizo fresco salvo unos pocos que he rellenado de queso Gouda. Nos hemos reunido en casa cinco personas y nos los hemos zampado casi todos, sólo han sobrado 2 pequeños bollitos que supongo caerán para la cena… Vamos, que han sido un éxito.
La receta la he obtenido de la página Juego de Sabores (mirar aquí). Sin embargo, he tenido algunos problemas con las proporciones de ingredientes. En mi opinión es una masa demasiado seca y admite bastante mayor cantidad de líquidos que, además, harán los bollitos más tiernos y agradables al paladar. Para la elaboración de la receta voy a indicar las cantidades originales de la receta pero mientras explico la elaboración comentaré las modificaciones que he ido realizando.
He preparado los bollitos preñados para merendar. Los he rellenado todos de chorizo fresco salvo unos pocos que he rellenado de queso Gouda. Nos hemos reunido en casa cinco personas y nos los hemos zampado casi todos, sólo han sobrado 2 pequeños bollitos que supongo caerán para la cena… Vamos, que han sido un éxito.
La receta la he obtenido de la página Juego de Sabores (mirar aquí). Sin embargo, he tenido algunos problemas con las proporciones de ingredientes. En mi opinión es una masa demasiado seca y admite bastante mayor cantidad de líquidos que, además, harán los bollitos más tiernos y agradables al paladar. Para la elaboración de la receta voy a indicar las cantidades originales de la receta pero mientras explico la elaboración comentaré las modificaciones que he ido realizando.
Bollitos "Preñaos"
Ingredientes:
- 500 gr harina de fuerza
- 100 gr manteca de cerdo
- 1 cucharadita de sal
- 3 chorizos tiernos (350 gr)
- 180 ml leche templada (60-100 ml extra)
- 30 gr levadura fresca
- 1 huevo
Elaboración:
En un vaso ponemos la leche (180 ml) y la calentamos durante unos segundos en el microondas. Tenemos que tener mucho cuidado de que la leche sólo esté templada y no caliente, ya que entonces podríamos matar la levadura y no funcionaría. La mejor forma de comprobarlo es meter la puntita de un dedo en la leche y no sentir ni frío ni calor.
Disolvemos la levadura en la leche.
Por otro lado, en un bol grande pesamos la harina y le añadimos la sal, el huevo y la manteca de cerdo a temperatura ambiente (muy blandita).
Incorporamos el vaso de leche con levadura.
Ahora tenemos que mezclar bien todos los ingredientes con ayuda de una cuchara de madera o una rasqueta para pan. Cuando todos los ingredientes estén prácticamente integrados volcamos la masa en la encimera de trabajo y continuamos amasando a mano. Deberíamos obtener una masa suave, elástica y nada pegajosa.
Si os sucede como a mí, notareis que la masa resultante es bastante dura y seca, hasta el punto de que al doblarla sobre sí misma para amasarla se parte y desmiga. Yo he rectificado la receta y he incorporado más leche (entre 60 y 100 ml) de muy poquito a poco hasta adquirir una masa blanda, elástica y nada pegajosa.
Me considero una gran admiradora de la técnica de amasado de Richard Bertinet (mirar aquí) y es la que he utilizado para la receta. Al principio será muy difícil aplicarla porque la masa está dura, pero a medida que la hidratemos con leche irá volviéndose más blanda y pegajosa y, entonces sí, ya podremos utilizar la técnica de amasado que consideremos adecuada hasta conseguir que se vuelva elástica y deje de pegarse en las manos.
Si vuestra masa ya es lo suficientemente blanda, suave y elástica sin incorporar la leche extra sólo tenéis que saltaros este paso. La verdad es que el tipo de harina que utilicemos puede condicionar bastante la cantidad de líquidos a utilizar, así que casi me atrevería a decir que es preferible comenzar con utilizar sólo ¾ del total de harina que indica la receta e incorporar más a medida que lo necesitemos en función de cómo responda la masa. Yo no he sabido prever este problema, así que lo que he hecho ha sido rectificar y equilibrar en la medida de lo posible las cantidades de ingredientes.
Cuando ya tenemos la textura adecuada de nuestra masa la dejamos reposar en un lugar cálido hasta que doble tu volumen. Cubrir con un paño ligeramente húmedo para evitar que se reseque la superficie.
Desgasificamos la masa y la dividimos en porciones de aproximadamente 60 gr. A mí me han salido 14 bollitos.
Cada porción la amasamos ligeramente durante unos segundos y la extendemos sobre la encimera con ayuda de las manos. En el centro de la masa estirada ponemos un trozo de chorizo y cerramos el bollito doblando los bordes hacia el centro. Es preferible dar pequeños pellizcos a los extremos de la masa para conseguir hacer una “costura” en las uniones y evitar que se nos abra durante el horneado.
Colocamos los bollitos sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal. La “costura” del bollito se coloca en la parte inferior para conseguir que por arriba queden unos bollitos redondos y lisos.
Cubrimos la bandeja con un paño ligeramente húmedo y dejamos reposar nuevamente hasta que dupliquen su volumen.
Pincelamos los bollitos con leche y los horneamos a 180ºC durante unos 20 minutos. A partir de los 15 minutos estaremos pendientes pues el tiempo exacto dependerá de cada horno.
Dejamos enfriar un poco sobre una rejilla… y a comer.
Disolvemos la levadura en la leche.
Por otro lado, en un bol grande pesamos la harina y le añadimos la sal, el huevo y la manteca de cerdo a temperatura ambiente (muy blandita).
Incorporamos el vaso de leche con levadura.
Ahora tenemos que mezclar bien todos los ingredientes con ayuda de una cuchara de madera o una rasqueta para pan. Cuando todos los ingredientes estén prácticamente integrados volcamos la masa en la encimera de trabajo y continuamos amasando a mano. Deberíamos obtener una masa suave, elástica y nada pegajosa.
Si os sucede como a mí, notareis que la masa resultante es bastante dura y seca, hasta el punto de que al doblarla sobre sí misma para amasarla se parte y desmiga. Yo he rectificado la receta y he incorporado más leche (entre 60 y 100 ml) de muy poquito a poco hasta adquirir una masa blanda, elástica y nada pegajosa.
Me considero una gran admiradora de la técnica de amasado de Richard Bertinet (mirar aquí) y es la que he utilizado para la receta. Al principio será muy difícil aplicarla porque la masa está dura, pero a medida que la hidratemos con leche irá volviéndose más blanda y pegajosa y, entonces sí, ya podremos utilizar la técnica de amasado que consideremos adecuada hasta conseguir que se vuelva elástica y deje de pegarse en las manos.
Si vuestra masa ya es lo suficientemente blanda, suave y elástica sin incorporar la leche extra sólo tenéis que saltaros este paso. La verdad es que el tipo de harina que utilicemos puede condicionar bastante la cantidad de líquidos a utilizar, así que casi me atrevería a decir que es preferible comenzar con utilizar sólo ¾ del total de harina que indica la receta e incorporar más a medida que lo necesitemos en función de cómo responda la masa. Yo no he sabido prever este problema, así que lo que he hecho ha sido rectificar y equilibrar en la medida de lo posible las cantidades de ingredientes.
Cuando ya tenemos la textura adecuada de nuestra masa la dejamos reposar en un lugar cálido hasta que doble tu volumen. Cubrir con un paño ligeramente húmedo para evitar que se reseque la superficie.
Desgasificamos la masa y la dividimos en porciones de aproximadamente 60 gr. A mí me han salido 14 bollitos.
Cada porción la amasamos ligeramente durante unos segundos y la extendemos sobre la encimera con ayuda de las manos. En el centro de la masa estirada ponemos un trozo de chorizo y cerramos el bollito doblando los bordes hacia el centro. Es preferible dar pequeños pellizcos a los extremos de la masa para conseguir hacer una “costura” en las uniones y evitar que se nos abra durante el horneado.
Colocamos los bollitos sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal. La “costura” del bollito se coloca en la parte inferior para conseguir que por arriba queden unos bollitos redondos y lisos.
Cubrimos la bandeja con un paño ligeramente húmedo y dejamos reposar nuevamente hasta que dupliquen su volumen.
Pincelamos los bollitos con leche y los horneamos a 180ºC durante unos 20 minutos. A partir de los 15 minutos estaremos pendientes pues el tiempo exacto dependerá de cada horno.
Dejamos enfriar un poco sobre una rejilla… y a comer.
Nota:
Yo he rellenado algunos bollitos con queso tipo Gouda en vez de con chorizo y quedan estupendos. El único detalle es que están más buenos cuando aún están templaditos y el queso derretido por dentro. Sin embargo, dudo que nadie le ponga pegas a un bollito preñao frío… caerá seguro.
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