En las tiendas de repostería, e incluso en muchas tiendecitas de “todo a 1€” hay muchísimos cortadores para galletas de todas las formas y colores. Sin embargo, conseguir galletas bonitas, que no se deformen, saber decorarlas, etc. ya es otra historia, pues se necesita paciencia, tiempo y práctica.
Pero ¿Y si no tengo tiempo? ¿Y si quiero galletas monísimas en el mínimo tiempo posible, sin tener demasiada habilidad decorando, ni cortando, ni horneando? Pues para eso están las pistolas para galletas.
La que yo tengo (mirar aquí) me la regalaron para Reyes. La primera vez que las hice me costó 3-4 intentos aprender a manejar la pistola, pero eso no supone más de 5-10 minutos. El principal problema que tiene la pistola es que tiene 2 posibles posiciones para apretar la palanca, dependiendo de si queremos que salga más cantidad de mezcla o menos. Para cada boquilla le va mejor una posición u otra… pero en la caja/instrucciones no te indican cuál es, así que es cuestión de ir probando. De todos modos, para la mayoría de boquillas la posición 1 está bien (que es la dosis más pequeña de masa).
En la caja, junto con la pistola vienen unas 20 boquillas (algunos ejemplos son estos), por lo que no podemos quejarnos de no tener modelos entre los que elegir. En las primeras ocasiones es normal emocionarse y querer probarlas todas, pero con el tiempo he acabado utilizando siempre las mismas 6-7 boquillas que me gustan más.
La receta que yo utilizo es una mezcla de algunas recetas de galletas de mantequilla que tenía anotadas. Con estos ingredientes salen muchas galletas, unas 70, pero se conservan perfectamente durante una semana si se guardan en una caja metálica. Además, son pequeñitas y de una sentada te puedes comer 8 galletas sin apenas darte cuenta.
Pero ¿Y si no tengo tiempo? ¿Y si quiero galletas monísimas en el mínimo tiempo posible, sin tener demasiada habilidad decorando, ni cortando, ni horneando? Pues para eso están las pistolas para galletas.
La que yo tengo (mirar aquí) me la regalaron para Reyes. La primera vez que las hice me costó 3-4 intentos aprender a manejar la pistola, pero eso no supone más de 5-10 minutos. El principal problema que tiene la pistola es que tiene 2 posibles posiciones para apretar la palanca, dependiendo de si queremos que salga más cantidad de mezcla o menos. Para cada boquilla le va mejor una posición u otra… pero en la caja/instrucciones no te indican cuál es, así que es cuestión de ir probando. De todos modos, para la mayoría de boquillas la posición 1 está bien (que es la dosis más pequeña de masa).
En la caja, junto con la pistola vienen unas 20 boquillas (algunos ejemplos son estos), por lo que no podemos quejarnos de no tener modelos entre los que elegir. En las primeras ocasiones es normal emocionarse y querer probarlas todas, pero con el tiempo he acabado utilizando siempre las mismas 6-7 boquillas que me gustan más.
La receta que yo utilizo es una mezcla de algunas recetas de galletas de mantequilla que tenía anotadas. Con estos ingredientes salen muchas galletas, unas 70, pero se conservan perfectamente durante una semana si se guardan en una caja metálica. Además, son pequeñitas y de una sentada te puedes comer 8 galletas sin apenas darte cuenta.
Galletas de mantequilla elaboradas con Pistola
Ingredientes:
- 160 gr mantequilla
- 125 gr azúcar glas
- 1 cta vainilla
- 1 huevo (L)
- 5 gr levadura
- 1 pizca sal
- 350-400 gr harina
Elaboración:
En un bol grande se bate la mantequilla a punto pomada junto con el azúcar, hasta que la mezcla se aclare. Yo lo hago con unas varillas a mano, pero también se puede hacer con varillas eléctricas.
Después se añade la esencia de vainilla, la sal y el huevo. Para estas galletas utilizo los botecitos que venden en Ldl que son de vainilla y mantequilla, que le dan un aroma y sabor increíble. (Mirar aquí)
Por último, se añade la harina junto con la levadura, previamente tamizadas. Yo siempre prefiero quedarme corta con la harina y hacer un par de pruebas hasta que doy con la consistencia adecuada. Es decir, empiezo poniendo 300 gr de harina, mezclo bien y hago una prueba con la pistola y si hace falta más harina la voy añadiendo. En cualquier caso, la masa debe ser un poco blanda pero no pegajosa.
Después se añade la esencia de vainilla, la sal y el huevo. Para estas galletas utilizo los botecitos que venden en Ldl que son de vainilla y mantequilla, que le dan un aroma y sabor increíble. (Mirar aquí)
Por último, se añade la harina junto con la levadura, previamente tamizadas. Yo siempre prefiero quedarme corta con la harina y hacer un par de pruebas hasta que doy con la consistencia adecuada. Es decir, empiezo poniendo 300 gr de harina, mezclo bien y hago una prueba con la pistola y si hace falta más harina la voy añadiendo. En cualquier caso, la masa debe ser un poco blanda pero no pegajosa.
Algunas notas previas antes de ponernos a usar la pistola…
Las galletas se pueden hacer directamente sobre la bandeja del horno sin engrasar o colocando un papel vegetal. Lo importante es que si se hacen sobre la bandeja del horno, una vez que están horneadas hay que sacarlas rápido y ponerlas sobre una rejilla. Si se dejan enfriar sobre la bandeja se quedan pegadas y se estropean un poco al despegarlas.
Yo prefiero hacerlas sobre papel vegetal, ya que sólo tengo una bandeja de horno y con las cantidades que he indicado vamos a tener que hacer 2-3 hornadas de galletas. Si utilizo papel vegetal, cuando las galletas ya están listas sólo tengo que coger los extremos del papel y sacarlas todas de golpe (ya están hechas y no se van a pegar unas a otras aunque se amontonen al sacarlas así).
Luego sólo tengo que colocar la nueva hornada que ya tenía lista sobre papel vegetal. Yo me ayudo de una tabla flexible de cortar de las de Ikea y deslizo suavemente el papel sobre la bandeja (Mirar el esquema).
Yo prefiero hacerlas sobre papel vegetal, ya que sólo tengo una bandeja de horno y con las cantidades que he indicado vamos a tener que hacer 2-3 hornadas de galletas. Si utilizo papel vegetal, cuando las galletas ya están listas sólo tengo que coger los extremos del papel y sacarlas todas de golpe (ya están hechas y no se van a pegar unas a otras aunque se amontonen al sacarlas así).
Luego sólo tengo que colocar la nueva hornada que ya tenía lista sobre papel vegetal. Yo me ayudo de una tabla flexible de cortar de las de Ikea y deslizo suavemente el papel sobre la bandeja (Mirar el esquema).
Ahora sí, nos ponemos a “disparar galletas”.
La pistola de galletas se puede desmontar totalmente (ver aquí), por lo que abrimos la pieza donde va la boquilla y colocamos un par de cucharadas de relleno para hacer la primera prueba. Luego colocamos una de las boquillas y cerramos con la tuerca de cierre (puede que las piezas varíen en función del tipo de pistola).
Se coloca la pistola en vertical sobre la superficie de trabajo, se sujeta bien para que no se mueva y se mueve la palanca para hacer la galleta. Ahora viene lo importante, la pistola hay que retirarla con un movimiento seguro y seco. A mí, además, me funciona mejor si al retirarla la inclino hacia un lado, como si quisiera volcar la pistola. Si todo va bien, la galleta ya estará pegada en el papel vegetal.
Si no ha salido bien no pasa nada, sólo lleva un ratito cogerle el truco. Lo más normal es que se quede pegada en la pistola, ya sea porque no hemos apretado bien y ha salido poca masa que se pegue al papel… o justo al contrario, que haya salido tanta masa que se ha quedado bloqueada y pegada en la pistola. En esta ocasión, a mí sólo me ha pasado en 5 ocasiones, pero esa masa se retira fácilmente y se coloca en el recipiente de la mezcla para volver a utilizarla después.
Si no nos hemos pasado ni nos hemos quedado cortos al “disparar” la galleta y aún así se ha quedado en la pistola posiblemente se deba a que la masa aún necesita un poco de harina. Añadimos un poco de harina a la mezcla y volvemos a probar. La necesidad de añadir más o menos harina dependerá del tipo y marca de la harina y de la cantidad de líquidos que admita. Yo con 350 gr tengo suficiente.
A la hora de hacer las galletas, tener la precaución de separarlas un par de centímetros unas de otras, ya que luego al hornear crecerán.
Ahora pasamos la bandeja con las galletas al horno previamente calentado a 170ºC, y horneamos unos 8-10 minutos a 170ºC. Estarán listas cuando los bordes se pongan doraditos.
Una vez listas se dejan enfriar sobre una rejilla. Se enfrían bastante rápido, así que casi no tenemos que esperar para probarlas.
Se pueden decorar o bañar con chocolate, pero solas ya están buenísimas.
La pistola de galletas se puede desmontar totalmente (ver aquí), por lo que abrimos la pieza donde va la boquilla y colocamos un par de cucharadas de relleno para hacer la primera prueba. Luego colocamos una de las boquillas y cerramos con la tuerca de cierre (puede que las piezas varíen en función del tipo de pistola).
Se coloca la pistola en vertical sobre la superficie de trabajo, se sujeta bien para que no se mueva y se mueve la palanca para hacer la galleta. Ahora viene lo importante, la pistola hay que retirarla con un movimiento seguro y seco. A mí, además, me funciona mejor si al retirarla la inclino hacia un lado, como si quisiera volcar la pistola. Si todo va bien, la galleta ya estará pegada en el papel vegetal.
Si no ha salido bien no pasa nada, sólo lleva un ratito cogerle el truco. Lo más normal es que se quede pegada en la pistola, ya sea porque no hemos apretado bien y ha salido poca masa que se pegue al papel… o justo al contrario, que haya salido tanta masa que se ha quedado bloqueada y pegada en la pistola. En esta ocasión, a mí sólo me ha pasado en 5 ocasiones, pero esa masa se retira fácilmente y se coloca en el recipiente de la mezcla para volver a utilizarla después.
Si no nos hemos pasado ni nos hemos quedado cortos al “disparar” la galleta y aún así se ha quedado en la pistola posiblemente se deba a que la masa aún necesita un poco de harina. Añadimos un poco de harina a la mezcla y volvemos a probar. La necesidad de añadir más o menos harina dependerá del tipo y marca de la harina y de la cantidad de líquidos que admita. Yo con 350 gr tengo suficiente.
A la hora de hacer las galletas, tener la precaución de separarlas un par de centímetros unas de otras, ya que luego al hornear crecerán.
Ahora pasamos la bandeja con las galletas al horno previamente calentado a 170ºC, y horneamos unos 8-10 minutos a 170ºC. Estarán listas cuando los bordes se pongan doraditos.
Una vez listas se dejan enfriar sobre una rejilla. Se enfrían bastante rápido, así que casi no tenemos que esperar para probarlas.
Se pueden decorar o bañar con chocolate, pero solas ya están buenísimas.
Están súper sabrosas, ya las hice y me quedaron ricas , gracias
ResponderEliminarMe alegra mucho que te saliesen ricas. Son unas galletas estupendas. Cuando controles bien la masa puedes sustituir parte de la harina por cacao en polvo y tener galletitas de chocolate 😜
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